Lamina Escolar de la Cultura Lambayeque o Sicán

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Cultura Lambayeque o Sicán

METALURGIA DE LA CULTURA LAMBAYEQUE

El empleo de metales provenía de la tradición mochica, que en Lambayeque se perfeccionó con un mayor dominio técnico y nuevos estilos. Cubrieron todo el proceso metalúrgico, desde la extracción del metal (de las minas) hasta la preparación de aleaciones, y en esto último, precisamente, superaron a sus antecesores mochicas. Máscaras de Cobre: La metalurgia Lambayecana alcanzó un alto grado de desarrollo. Los metales utilizados fueron el oro, la plata, el cobre, el bronce y aleaciones como cobre/oro llamado «tumbaga».

Ornamentos Funerarios: Podemos apreciar la gran variedad de piezas metálicas utilizadas como ofrendas en las tumbas. Estas también fueron numerosas cuando se trataba de un personaje importante.  Tumi: En diciembre de 1936 y en los primeros días del primer mes de 1937, se produjo uno de los hallazgos de oro arqueológico más sensacionales de la historia peruana. Huaqueros habían extraído suntuosos objetos de oro de una tumba de la Huaca La Ventana de Batán Grande. Era el Tumi de Lambayeque representaba a un ser sobrenatural de contornos humanos, parado sobre un pedestal del que se desprendía una hoja de metal que correspondía a un cuchillo en forma de media luna. Esta joya fue elaborada con láminas de oro repujadas y soldadas con soldante. Su peso alcanzaba 992 gramos y medio con 410 mm de alto.

En orfebrería, es decir, en el arte de hacer joyas, fueron verdaderos maestros. Las joyas mochicas son espléndidas, pero para el ojo de un experto, las de Lambayeque son más perfectas en cuanto al acabado. Y eso porque las técnicas anteriores fueron dominadas ampliamente, además de crearse otras nuevas para obtener brillos excepcionales e inventarse utensilios para moldear formas caprichosas. Con el añadido decorativo de piedras preciosas (esmeraldas, turquesas), hicieron vasijas, máscaras, tumis (cuchillos ceremoniales), vasos y collares, muchos con la imagen de Naylamp (que provenía del mar).  ”

LEYENDA DE NAYLAMP

En el siglo XVI, el cronista Miguel Cabello de Balboa registró para la posteridad la famosa leyenda de Naylamp, considerado el fundador del antiguo reino de los Lambayeque (cuyo período de desarrollo se situó entre el 800 d.C y el 1350 d.C). Según el español, un importante señor habría llegado a las costas de esa región en una embarcación que era acompañada por una gran flota de balsas. Encabezaba el grupo la nave del jefe: un inmenso abanico de plumas multicolores adornaba su proa. Sobre el puente de mando se erguía un hombre de elevada estatura, aspecto aristocrático y altivo, tez clara y facciones netamente semitas; envolvía un voluminoso turbante rematado por una diadema de plumas, sujeta a su vez por una magnífica turquesa. El ilustre personaje se habría asentado cerca de la playa, y allí habría construido un imponente templo.  Trajo en su compañía mucha gente que como capitán y caudillo lo venían siguiendo, mas los que entre ellos tenían más valor eran sus oficiales que fueron 40. Así uno fue Pita Zofi que era trompetero o Tañedor de unos grandes caracoles, que entre los indios es muy estimado, otro Ñinacola, que era el que tenía cuidado de sus andas y sillas, y otro Ñinagintue a cuyo cargo estaba la bebida de aquel Señor a manera de escanciador, otro llamado Fonga (Fongasigde) que tenía el cargo de derramar polvo de conchas marinas en la tierra que su Señor hollaba al pisar, otro Occhocalo era su cocinero, otro tenía cuidado de las unciones y color con que el Señor adornaba su rostro, a éste llamaban Xam Muchec, Allopcopoc, tenía a su cargo preparar los baños del Señor; otro principal muy estimado era Llapchillulli, encargado de labrar sus camisetas y ropa de plumas, con esta gente (y otros definidos oficiales y hombres de cuenta) tenía adornada y autorizada su persona y casa.  Este Señor Naylamp con todo su séquito vino a asentarse y tomar tierra en la boca de un río, (ahora llamado Faquisllanga) y habiendo allí dejado sus balsas entraron en tierra adentro deseosos de hacer asiento en ella, y habiendo andado por espacio de media legua fabricaron unos palacios a su manera, a los que llamaron Chot, y en esta casa y palacios pusieron con devoción bárbara un ídolo que consigo traían a semejanza del rostro de su mismo caudillo. Este era labrado en una piedra verde, a quien llamaron Llampellec (que quiere decir figura y estatua de Naylamp).  Habiendo vivido muchos años en paz y quietud esta gente y habiendo su Señor y caudillo tenido muchos hijos, vino el tiempo de su muerte, y a fin de que entendiesen sus vasallos que la muerte tenía jurisdicción sobre él, lo sepultaron escondidamente en el mismo aposento donde había vivido, y publicaron por toda la tierra, que él, por su misma virtud, había tomado alas y había desaparecido.

ARQUITECTURA LAMBAYEQUE

La economía Sicán se baso en la agricultura, para ello Los Sicán construyeron un sistema hidráulico que les permitió articular los valles de: La Leche, Lambayeque, Chancay y Reque. Túcume tenia 26 pirámides sagradas de adobe, concentración de pirámides más grande de Sudamérica.

Los Lambayeque construyeron grandes complejos monumentales en donde residían los reyes-sacerdotes, se dirigía el culto religioso y se administraba la economía. Por el tamaño y la inexistencia de barrios populares, algunos estudiosos prefieren considerarlos centros ceremoniales y no ciudades (el pueblo vivía en su inmediaciones y sólo ingresaba para pagar tributos u ofrendar alos dioses).

Los hombres de Lambayeque construyeron grandes pirámides truncas con enormes plataformas escalonadas, probablemente para ser utilizadas como cementerios.  Estas pirámides contaban con patios, cuartos, corredores y acceso por medio de rampas.

Batán Grande: Se le considera la capital de Lambayeque durante la etapa de Sicán Medio. El complejo de Batán Grande cuenta con 17 pirámides truncas que alcanzaron los treinta metros de altura. Este complejo es un santuario y un cementerio. Entre las cuales destaca: «Huaca Loro», «Huaca las ventanas», «Huaca La Merced», etc.

No sólo sirvió de lugar de culto religioso, adonde afluyeron miles de peregrinos por su prestigio como centro ceremonial, sino también de importante centro administrativo, que permitió a los reyes-sacerdotes afianzar su poder.

Túcume: Capital de Lambayeque durante la etapa Sicán Tardío, al igual que en el caso anterior, cumplió una importante función administrativa, aparte de la religiosa. Se encuentra a 10 km al sudoeste de Batán Grande, en un lugar estratégico, por estar ubicado en la confluencia de dos ríos, Lambayeque y La Leche, decisivos para la economía agrícola del reino.

Apurlec: Este complejo es considerado uno de los más grandes del antiguo Perú y el que más puede aproximarse a la categoría de ciudad. Es notable por sus pirámides, depósitos y extensas calles, así como por sus canales y campos de cultivo en áreas anexas, lo cual indica que fue un importante centro de producción y distribución agrícola (más que ceremonial, como lo fueron los dos anteriores).

Huaca Chotuna: En él, habrían adorado a un ídolo que tenía el mismo rostro del caudillo, a quien llamaron Llampallec, que quiere decir Naylamp.

Este mítico escenario se conoce como el complejo arqueológico Chotuna Chornancap, un lugar sagrado ubicado a 15 kilómetros de la ciudad de Lambayeque, la importancia de este recinto radica en ser la presunta cuna de la cultura lambayecana.  Uno de los vestigios más importantes del complejo es la fachada de un templo adornado con frisos en bajorrelieve, ubicado en la huaca Gloria y descubierto por Christopher Donany en 1941. Se presume que en un inicio la fachada tenía unos 30 metros de largo.

Actualmente el espacio solo cuenta con 16 metros de largo, cinco de ancho y 26 de fondo.  La fachada principal del templo muestra un panel de relieves en los que se puede apreciar hasta cinco serpientes bicéfalas ubicadas una junto a la otra. Al lado de ellas, se aprecian dos animales parecidos a ardillas. En el entorno y para completar la iconografía aparecen peces, aves y serpientes. Además en la parte superior, logran verse varios paneles cuadrangulares que encierran la representación de seres antropomorfos y zoomorfos.

Los frisos que adornan el sector norte de la huaca Gloria muestran, también, un ave volando en picada con la intención de atrapar un pez, este trazo constituye un sello indiscutible de la cultura Lambayeque y de su relación con la leyenda del Señor de Naylamp.

Otros expertos coinciden en que el conjunto de relieves manifiesta la cosmovisión de los antiguos pobladores de Lambayeque, quienes tuvieron como inspiración al mar, los peces, las aves y otros elementos asociados a la costa de la región, como es  Al morir Naylamp lo suceden en el trono Cium, Escuñain y monarcas lambayecanos.

UBICACIÓN GEOGRÁFICA DE LA CULTURA LAMBAYEQUE

La cultura Lambayeque se manifestó entre los siglos VIII – XIV d. C. Ocupó el territorio que hoy le corresponde a las provincias de Lambayeque, Chiclayo y Ferreñafe, al norte por el río Motupe, al sur por el río Zaña comprendiendo los poblados de: Cinto, Túcume y Jayanca, llegando a extenderse por casi toda la actual costa peruana en su periodo de mayor apogeo (Fase Intermedia 900 -1100). Esta cultura se formó a partir de la decadencia de la Cultura Mochica, asimilando gran parte del conocimiento y tradiciones culturales de éstos.  En su desarrollo se distinguen tres fases o etapas: Fase temprana (700-900 ), Fase intermedia (900-1100 ) y Fase tardía (1100-1375).

Destacaron en arquitectura, orfebrería he incluso llegaron a ser grandes navegantes. Si los mochicas asombraron con la belleza de sus joyas y su ingeniería hidráulica, los Lambayeque sorprenden aún más con sus aleaciones, sus finos acabados y sus enormes sistemas de irrigación. Aunque no lograron el tamaño de los mochicas, ni su complejidad política, no cabe duda que en estas artes fueron sus discípulos predilectos.

En las primeras épocas el centro de poder estuvo en el Complejo “Batán Grande” en Lambayeque, trasladándose posteriormente a El Purgatorio cerca de Túcume en el valle inferior del río La Leche, a 750 Kmal norte de la ciudad de Lima.

Por el norte se extendió hasta los valles de Motupe en Lambayeque y por el Sur hasta Jequetepeque en La Libertad.  Los estudios más exhaustivos sobre la cultura Lambayeque han sido llevados a cabo por el arqueólogo Izumi Shimada, quien realizó excavaciones en el área de Batán Grande durante más de diez años. Shimada ha ido definiendo lo que fue la cultura Lambayeque, o como él prefiere, la cultura Sicán.

Un aporte de sus investigaciones ha sido la profundización del conocimiento sobre la metalurgia Sicán, en base del descubrimiento de gran cantidad de hornos, deshechos de fundición y tubos de soplado hechos de cerámica. Estos restos han llevado a los investigadores a concluir que se trataba de un importante centro metalúrgico que subsistió hasta después de la conquista de la cultura Chimú. Shimada considera que existen evidencias que sugieren que hubo intercambios culturales con el centro de Pachacámac, en la costa de Lima; así como relaciones económicas con la cultura Wari a través de intermediarios.  Hallazgos  Wu del fenómeno de El Niño.

CERÁMICA LAMBAYEQUE

La cerámica Lambayeque según Larco Hoyle- tendría su origen en la fase Moche II de la cultura Virú.  La cerámica de la cultura Lambayeque es conocida por la diversidad de sus formas. Por ejemplo, presenta recipientes de cuerpo globular, de forma troncocónica, de doble pico, expresaron motivos zoomorfos, fitomorfos, antropomorfos y líneas geométricas; además de otras características.

Efectivamente, comenzó la cerámica lambayecana utilizando el color crema y las rayas rojas, terminando en su Última etapa totalmente cubierta por la tonalidad negra brillante. Durante su desarrollo soportó la influencia Huari, surgiendo así la vasija esférica de pedestal troncocónico o el cántaro de dos picos largos y cónicos unidos por un gollete puente que puede o no ser trenzado: en esta etapa de influencia andina los matices son el rojo, el negro y el crema.  El arqueólogo japonés Izumi Shimada en 1985 caracterizó cronológicamente a esta cerámica Lambayeque o Sicán como prefiere llamarla en 3 períodos:  El Sicán antiguo (750 – 900) caracterizado por la fuerte influencia de estilos foráneos como Cajamarca Medio y Wari/Pachacamac. Constituye una fase de transición entre el fin del Moche o el surgimiento de Sicán.

El Sicán medio (900 – 1100) época que decae Wari, la cerámica de este período con el símbolo del señor de Sicán, se ha encontrado desde Ancón y Pachacamac hasta la Isla de la Plata cerca a Guayaquil.  El Sicán tardío (1100 – 1375) la cerámica presenta un bruñido perfecto, negro oscuro y negro manchado. Expresiones de ambos estilos se debían a que la mayoría de la cerámica de Lambayeque es negra como la Chimú (la zona fue conquistada y anexada a la cultura Chimú).